Cada año entre el 25 y el 31 de mayo tiene lugar la Semana Europea contra el Cáncer, dirigida por la Asociación de Ligas Europeas contra el Cáncer. La campaña de este año tiene como objetivo sensibilizar sobre la importancia de la prevención del cáncer, el acceso al tratamiento y el apoyo a las personas que sobreviven, poniendo de relieve el papel que cada persona tiene en acelerar la implementación del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer.

La prevención es la estrategia de control del cáncer más costo-efectiva a largo plazo. Se estima que alrededor del 40% de los cánceres diagnosticados en la Unión Europea se podrían prevenir actuando sobre los principales factores de riesgo de cáncer como el tabaco, el consumo nocivo de alcohol, la obesidad, la falta de actividad física, o la exposición a contaminación, sustancias cancerígenas, radiación o agentes infecciosos.

Por otro lado, la detección precoz mejora las opciones de luchar contra el cáncer y salvar vidas. Es importante implementar programas de detección precoz, y se ha puesto como objetivo asegurar que en 2025 el 90% de la población europea que reúna los requisitos sea incluida en programas de cribado de cáncer de mama, cervical y colorrectal. Asimismo, es necesario asegurar el acceso a una atención sanitaria asequible, preventiva y curativa de calidad.

La investigación también juega un papel muy importante en la lucha contra el cáncer. El mejor conocimiento de la etiología y los procesos fisiopatológicos de los diferentes tipos de cáncer ha permitido que en los últimos años haya habido numerosos avances como la biopsia líquida, el descubrimiento de un nuevo marcador que permite detectar el cáncer de páncreas con un análisis de sangre, la identificación de marcadores genéticos que permiten un tratamiento personalizado o el desarrollo de la inmunoterapia.

Gracias a los avances en la detección precoz, la eficacia de las terapias y los cuidados paliativos han aumentado de forma importante las tasas de supervivencia de los pacientes con cáncer. Aunque los supervivientes y sus familias y cuidadores se enfrentan a numerosos desafíos, estos pueden ser superados mediante la cooperación entre los sistemas de salud y social.