La pandemia por coronavirus ha obligado a adoptar nuevas medidas de seguridad en todo nuestro entorno, y las escuelas no son una excepción. La mayoría de centros educativos empiezan el nuevo curso escolar el 14 de septiembre, unos seis meses después de las últimas clases presenciales; pero este año se afronta con más nervios de lo habitual, por las ganas de reencuentro entre profesores y alumnos, pero también por ver como es el periodo de adaptación a los nuevos protocolos de seguridad.

Las principales medidas de prevención del contagio incluyen mantener una distancia interpersonal mínima de 1,5 metros, usar mascarilla, reducir los contactos y evitar las aglomeraciones. Sin embargo, todas estas medidas pueden ser de difícil cumplimiento en el entorno escolar y por lo tanto se han adaptado para garantizar que la vuelta a las aulas sea de forma segura, además de permitir la necesaria interacción y socialización entre los alumnos y conseguir su adecuado desarrollo mientras se cumplen los objetivos educativos.

Las medidas previstas incluyen establecer grupos de convivencia estables formados por un número reducidos de alumnos con un tutor de referencia, que deben evitar interaccionar con otros, el uso de mascarilla siempre que no se esté dentro del grupo de convivencia estable, y extremar la limpieza y ventilación de los espacios. Otras medidas adoptadas en algunas regiones o centros son comprobar la temperatura a todo el alumnado al inicio de la jornada, la entrada escalonada de los alumnos sin el acceso de los padres al interior o el cambio de calzado al entrar en las aulas.

Además, se empoderará a los alumnos para que tengan una correcta higiene y hagan un uso adecuado de las mascarillas, haciendo especial hincapié en el lavado de manos, que se realizará de forma frecuente y meticulosa a lo largo de la jornada lectiva. Asimismo, los centros educativos priorizarán, cuando sea posible, las actividades al aire libre o en espacios abiertos.

Las medidas adoptadas por cada centro educativo se irán adaptando de acuerdo con la evolución de la situación epidemiológica de su región y siguiendo las indicaciones de las autoridades sanitarias y de las guías, protocolos y procedimientos de actuación vigentes en cada comunidad. De esta forma las aulas podrán seguir siendo espacios de aprendizaje y convivencia seguros.