La piel es el órgano más grande del cuerpo. Sus funciones principales incluyen la protección del organismo frente a factores externos, la sensibilidad, la termorregulación, el mantenimiento del balance hídrico y de electrolitos y la síntesis de vitamina D. Además, la piel actúa como escudo protector frente a los rayos ultravioletas emitidos por el sol mediante la producción de melanina por parte de los melanocitos.

La melanina es el pigmento responsable del color de la piel, el cabello y el iris de los ojos, y su función es evitar que la radiación ultravioleta daña el ADN de las células. La cantidad de melanina presente en la piel depende de factores hereditarios, pero también de la exposición solar reciente.

Alteraciones de la pigmentación cutánea

Existen numerosas alteraciones en la pigmentación cutánea que tienen como resultado la aparición de manchas, que pueden tener distintas tonalidades (blancas, rosadas o rojas y marrones u oscuras) y ser debidas a la exposición solar prolongada, factores hormonales, sustancias fotosensibilizantes o ciertas patologías.

Manchas blancas, rosas y oscuras

Trastornos como el vitíligo y la dermatitis, algunas infecciones cutáneas, lesiones previas de la piel o una quemadura pueden causar manchas blancas o pérdida de pigmentación. Algunas patologías como la rosácea, el impétigo, el eczema, la dermatitis, la varicela o alergias pueden causar la aparición de manchas rosadas o rojas asociadas a erupciones en la piel.

Por otro lado, la aparición de manchas oscuras suele ser debida a una producción anormalmente alta de melanina. Estas incluyen las efélides, pequeñas manchas marrones en la piel, redondeadas y no uniformes que se suelen manifestar en las zonas de mayor exposición solar, los léntigos, manchas planas, marrones y ovaladas que suelen ser debidas a la exposición solar crónica y a menudo están relacionadas con la edad, y los nevus.

Los nevus o lunares son manchas marrón oscuro que en caso de presentar asimetría, bordes irregulares, color no uniforme, diámetro mayor a 6 milímetros y evolución o cambios en sus características pueden ser peligrosos, por lo que se recomienda realizar revisiones dermatológicas.

Manchas en la cara

El melasma es otro tipo común de manchas que suelen aparecer en el rostro y ser simétricas. Se ha relacionado con cambios hormonales y suele afectar a mujeres durante el embarazo o como efecto secundario a la toma de anticonceptivos orales.

Finalmente, algunos fármacos y sustancias fotosensibilizantes pueden causar la aparición de hiperpigmentación. Algunos ejemplos incluyen agentes antiinflamatorios no esteroideos, antipalúdicos, antineoplásicos, psicoactivos, tetraciclinas, la amiodarona, metales pesados o algunos perfumes que contienen bergapteno.

Evitar la exposición solar en exceso y tomarlo siempre con la máxima protección posible son las principales recomendaciones para evitar la aparición no deseada de manchas en la piel. Ante cualquier tipo de mancha o lesión cutánea siempre es recomendable que un dermatólogo examine y haga el seguimiento.