El dolor menstrual agudo o dismenorrea es un problema de salud frecuente entre las mujeres que puede ser incapacitante y repercutir en la calidad de vida. La dismenorrea consiste en dolores palpitantes o cólicos intensos en la parte baja del abdomen o la zona pélvica. Otros síntomas incluyen el dolor lumbar, las náuseas, la diarrea y las cefaleas. La dismenorrea puede ser primaria, cuando no hay ningún trastorno ginecológico estructural que pueda explicar el dolor, o secundaria, asociada a una anomalía pélvica.

La dismenorrea primaria es el tipo más común y se cree que es debida a un exceso de prostaglandinas, responsables de las contracciones uterinas y la isquemia. El dolor suele aparece con la menstruación o uno a tres días antes de ésta, suele ser más intenso a las 24 horas del inicio de la menstruación y, aunque suele desaparecer gradualmente al final del primer día, puede persistir durante toda la menstruación. Este tipo de dismenorrea es más frecuente en mujeres jóvenes entre 17 y 25 años, justo después de la menarquia, y sus síntomas suelen mejorar con la edad y después de un embarazo.

La dismenorrea secundaria puede ser causada por cualquier anomalía que afecte las vísceras pélvicas, como la endometriosis, que es la más común, pero también la adenomiosis uterina, los miomas, malformaciones congénitas, quistes ováricos o adherencias. El dolor es más continuo y pesado, suele aparecer una semana antes de la menstruación, y puede aliviarse, empeorarse o persistir durante ésta. En general la dismenorrea secundaria es más frecuente en mujeres mayores de 30 años, a no ser que esté causada por malformaciones congénitas.

El tratamiento puede incluir fármacos, técnicas para aliviar el dolor y en algunos casos puede requerir cirugía. Entre los tratamientos farmacológicos se encuentran los antiinflamatorios no esteroidales (AINE), que reducen el dolor, la pérdida de sangre y la contractibilidad uterina, y los anticonceptivos orales combinados, que, al inhibir la ovulación, reducen el dolor asociado, adelgazan el endometrio y disminuyen la producción de prostaglandinas y el sangrado menstrual.

Las técnicas para aliviar el dolor incluyen el ejercicio físico, un descanso adecuado con un sueño regular, el calor tópico con un baño caliente o una almohadilla térmica en la parte inferior del abdomen, dejar de fumar, una dieta a base de vegetales y baja en grasas, y la administración de suplementos nutricionales, como ácidos grasos omega-3, semillas de lino, magnesio, vitamina B1, vitamina E y cinc.