La conjuntivitis es una de las afecciones oftalmológicas más comunes. Se trata de una inflamación de la conjuntiva bulbar o tarsal que puede ser causada por infecciones producidas por virus o bacterias, pero también puede ser debida a reacciones alérgicas, sustancias químicas, cuerpos extraños, contaminación o uso de lentes de contacto. En función de la causa, la conjuntivitis se divide en vírica, bacteriana, alérgica, y química o irritativa.

Los síntomas de la conjuntivitis incluyen enrojecimiento de la parte blanca del ojo, irritación, aumento de las secreciones, que en la conjuntivitis bacteriana suelen ser espesas y purulentas, visión borrosa, lagrimeo, sensibilidad a la luz y sensación de cuerpo extraño. La conjuntivitis vírica puede estar asociada con síntomas de resfriado o gripe y la bacteriana puede aparecer con una infección de oído, mientras que la conjuntivitis alérgica suele ocurrir con otros síntomas de alergia como estornudos, secreción nasal, asma o dermatitis.

Las conjuntivitis infecciosas, tanto virales como bacterianas, son muy contagiosas, transmitiéndose fácilmente por contacto directo con las secreciones respiratorias y oculares, o por contacto con superficies u objetos contaminados, sin lavarse después las manos. Para reducir el riesgo de contagio es importante una buena higiene de manos, evitar tocarse los ojos sin lavarse las manos y no usar los artículos personales de personas infectadas.

El tratamiento de la conjuntivitis dependerá de su causa, pero en general se pueden usar compresas frías y lágrimas artificiales para aliviar la inflamación y la sequedad, y se debe suspender el uso de lentes de contacto. La conjuntivitis vírica suele durar hasta dos semanas sin necesidad de tratamiento, pero en algunas ocasiones puede requerir un medicamento antiviral. La conjuntivitis bacteriana se trata con antibióticas en forma de colirio o pomada y suele remitir en una semana, aunque los casos leves suelen mejorar en dos a cinco días sin tratamiento. La conjuntivitis causada por alérgenos suele mejorar al eliminar el alérgeno causante, y sus síntomas suelen aliviarse con medicamentos para la alergia como antihistamínicos y vasoconstrictores tópicos. En los casos de conjuntivitis irritativa se debe eliminar la causa y se puede usar tratamiento antiinflamatorio.

Es recomendable acudir al médico para determinar la causa y buscar el tratamiento más adecuado.