Un estudio realizado en Japón ha encontrado evidencias que indican que fumar disminuye la capacidad de generar anticuerpos con la vacuna contra la COVID-19. Este estudio evaluó muestras de sangre de 378 trabajadores sanitarios con edades comprendidas entre los 32 y 54 años que unos tres meses antes habían recibido la segunda dosis de la vacuna de Pfizer contra la COVID-19.

Según este estudio, la capacidad de generar anticuerpos después de recibir las dos dosis de la vacuna contra la COVID-19 se ve reducida significativamente con la edad. Además, las personas fumadoras también presentarían una cantidad menor de anticuerpos que las no fumadoras, en cambio las personas exfumadoras no parece que vieran afectada su capacidad de generar anticuerpo. Esto indicaría que el consumo de tabaco disminuye la eficacia de las vacunas, mientras que dejar de fumar permitiría reduce el riesgo de tener recuentos bajos de anticuerpos.

Es bien conocido que el tabaco causa daños crónicos a los pulmones y aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias, además de debilitar el sistema inmunológico y aumentar la incidencia de numerosas enfermedades como la aterosclerosis, el cáncer o las infecciones. Desde el inicio de la pandemia por coronavirus se ha estudiado el efecto potencial del consumo de tabaco sobre el riesgo de padecer COVID-19. Existen datos que indican que los fumadores tienen un 80% más de riesgo de hospitalización debido a la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 y casi 5 veces más de riesgo de morir por la enfermedad.

Dejar de fumar tiene grandes beneficios para la salud, entre los que ahora también se cuenta la reducción en el riesgo de padecer COVID-19 grave en caso de infección por el coronavirus. Además, abandonar el consumo de cigarrillos puede permitir que las vacunas actúen con la máxima eficacia ofreciendo una mejor protección contra la enfermedad.