Antes del periodo de cuarentena, mucha gente comía de forma habitual en el comedor del trabajo o iba al restaurante, y los niños comían en la escuela. Esto implicaba que no se tenían que planear muchas de las comidas de la semana. Sin embargo, durante la pandemia causada por el coronavirus la mayoría de la gente se ha visto obligada a comer regularmente en casa, lo que ha causado que las familias tengan que pensar los menús de toda la semana y de las distintas comidas del día.

Algunos de los alimentos indispensables para tener una alimentación saludable son las frutas, las verduras y las hortalizas, preferiblemente frescas y de temporada. La Organización Mundial de la Salud recomienda tomar 3 raciones de frutas y 2 de verduras al día. Las legumbres son alimentos muy completos que también deben formar parte de una dieta saludable ya que aportan proteínas, vitaminas, minerales, fibra y energía.

La reducción en la actividad física diaria tiene como consecuencia un menor gasto de calorías, lo que es necesario compensar con una reducción en su ingesta para evitar el aumento de peso corporal. Los hidratos de carbono, presentes en los cereales, el pan, la pasta y el arroz, forman la base de nuestra alimentación, sin embargo, es recomendable disminuir su ingesta cuando los requerimientos energéticos se ven reducidos. Asimismo, el consumo de grasas totales también se tiene que ajustar, dando preferencia a los alimentos que aportan grasas más saludables como el aceite de oliva virgen, los frutos secos o el pescado azul.

Las proteínas también son necesarias para una alimentación saludable, pero nuevamente su consumo se tiene que ajustar a las necesidades de cada momento. Se pueden obtener proteínas de alta calidad con el consumo de pescado, carne magra, productos lácteos y huevos, así como frutos secos, soja y legumbres.

Por otro lado, la mayor cantidad de horas en casa puede causar angustia, aburrimiento, ansiedad o estrés, lo que en ocasiones lleva a picar más entre horas. Es importante evitar los productos de baja calidad nutricional, altos en azúcares añadidos y con grasas de mala calidad como los dulces, la bollería industrial, los refrescos o los platos precocinados.