El cambio de hora puede acarrear un conjunto de molestias evidentes, sobre todo, sobre segmentos de población tales como ancianos y niños. Es lo que afirman no pocos expertos, que además señalan efectos tales como la falta de atención, la somnolencia o el cansancio, en general.

El doctor Antoni Diez Noguera, especialista en cronobiología, lo asimila al jet lag. Aunque resalta la no evidencia de trastornos a nivel fisiológico, si que apunta a la generación de leves desajustes del tipo sentir apetito antes de lo normal.

Pero ojo, por ejemplo, con ciertos efectos sobre la seguridad vial. Varios estudios han demostrado que en los días posteriores cercanos al cambio de hora se dan más accidentes de tráfico, debido a los desajustes en las horas de sueño y al cambio en las circunstancias lumínicas con respecto a la situación anterior.

¿Qué podemos hacer?

Pues de cara a aminorar estos pequeños trastornos, toma nota:

1- Acuéstate un cuarto de hora más tarde y levántate un cuarte de hora antes durante los días previos al cambio de hora.

2- Aplica el truco anterior a los horarios de las comidas.

3- Evita las siestas o, al menos, acorta su duración.

4- Evita hacer ejercicio durante las últimas horas del día, con el fin de no activar tu cuerpo.

5- Evita el alcohol y la cafeína.