Durante los meses de calor más intenso el aire acondicionado es un gran aliado, aunque se debe usar de forma adecuada y tomar ciertas precauciones para evitar tener problemas de salud. Algunos de los efectos negativos que puede tener el aire acondicionado incluyen problemas asociados con la sequedad del ambiente como la deshidratación, los problemas respiratorios, el dolor de cabeza y las migrañas, o reacciones vasovagales asociadas con los cambios bruscos de temperatura.

El mayor riesgo de deshidratación se debe a que el aire acondicionado reduce la humedad del ambiente. Además, la sensación de sed se puede ver reducida debido a la menor temperatura. Por otro lado, la mayor sequedad del ambiente puede ocasionar sequedad e irritación de los ojos, así como causar dermatitis o exacerbar afecciones dérmicas preexistentes.

La sequedad del ambiente también puede causar una mayor sequedad de los conductos nasales y la irritación de las membranas mucosas. Esto aumenta la vulnerabilidad a los virus aumentando el riesgo de afecciones respiratorias como rinitis, faringitis, laringitis, resfriados o tos. Además, es muy importante un correcto mantenimiento de los filtros para evitar la presencia de gérmenes y alérgenos.

Por otro lado, es importante mantener una temperatura adecuada. La exposición prolongada y directa al frío puede causar problemas músculo-esquelético como contracturas musculares, dolores cervicales o lumbalgias. Un ambiente demasiado frío también puede provocar la contracción de los vasos sanguíneos del cerebro lo que contribuye a la aparición de dolores de cabeza y migrañas. Por este motivo, es recomendable no poner el aire acondicionado a menos de 24-25ºC, pero, además, se recomienda que la diferencia entre la temperatura interior y exterior no supere los 10ºC.

Los cambios bruscos de temperatura pueden causar reacciones vasovagales o lipotimias. El frío promueve la vasoconstricción mientras que el calor favorece la bajada de tensión, así que los cambios demasiado bruscos pueden dificultar que el cuerpo mantenga el equilibrio, dando lugar a reacciones vasovagales como sudoración intensa, sensación de mareo y en casos extremos un síncope vasovagal.

Para evitar los efectos negativos del aire acondicionado es aconsejable mantener una buena hidratación bebiendo abundante agua, no poner el aire a menos de 24-25ºC, evitar exposiciones prolongadas y demasiado directas al aire, evitar los cambios bruscos de temperaturas y hacer un mantenimiento adecuado de los filtros.