Desde el año 2003 y por iniciativa de la Alianza Europea para la Salud Sexual, el 14 de febrero se celebra su Día Europeo, con el objetivo de concienciar y sensibilizar sobre la necesidad de adquirir y mantener hábitos sexuales saludables.

La sexualidad, en la que se incluyen aspectos como la intimidad o el amor, forma parte de la identidad humana, y contribuye a un mayor bienestar y felicidad. Por este motivo es importante fomentar la salud sexual de la población, mediante el acceso a la sanidad, para todos los aspectos que puedan afectarla, y la educación sexual, tanto en jóvenes como en adultos, para conseguir romper los tabúes relacionados con la sexualidad. Los pilares para una buena salud sexual para todos incluyen el respeto de los derechos sexuales y el sexo seguro.

Este respeto implica aceptar y respetar la diversidad sexual de todas las personas, así como su capacidad para tomar decisiones informadas sobre su sexualidad y reproducción. Para ello se debe evitar cualquier escenario que pueda vulnerar los derechos sexuales, que pueden incluir embarazos no planificados, enfermedades, cualquier tipo de violencia de género, acoso en el ámbito laboral o educativo, tabúes sexuales, discriminación por la orientación sexual, género, identidad de género, edad o estado de salud, o cualquier carencia en el acceso a la salud.

Asimismo, el sexo seguro es otro aspecto clave para una buena salud sexual. El sexo sano y seguro reduce el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual (ETS) y de embarazo no deseado. Para ello es importante fomentar una salud sexual responsable como medio de prevención, así como poner de manifiesto la importancia del uso del preservativo como método de protección frente a las ETS y al embarazo.

Por todo ello, el día Europeo de la salud sexual se organizan conferencias, charlas educativas y campañas de concienciación, y se promueve el acceso a servicios de salud sexual, pruebas de detección de ETS o atención de la violencia sexual, para fomentar la educación y la prevención.